Cruzando el charco desde Buenos Aires en el 2006 llegué a Bilbao, con muchas ganas de expandir lo que para mí es el circo. El arte es la puerta de expresión más importante en mi vida y sin humor no se puede vivir. Grandes gurús me fueron dando el legado para poder transmitir este mensaje, como los mejores chamanes del Circo Criollo en Argentina me enseñaron a mantener el equilibrio y los más contemporáneos en Francia me empaparon de sensaciones reveladoras.
Mis primeros pasos fueron con la compañía Circo Imprevisto y el Sainete. Actualmente me troncho de risa con Rojo telón y A vela Circo.